"Hola! ¿Qué Tal? ¿Dónde Andas?" Preguntó alguien en el auricular de mi teléfono móvil. "Aquí, en Tribunal que me voy a hacer la prueba del Sida" Contesté. Al otro lado del teléfono el silencio podía palparse, la tensión del momento podía cortarse y la sorpresa de mi interlocutora fue tal que casi me hizo reir. "No te preocupes, le dije, es solo prevención" y la conversación pasó a temas mucho más triviales, sin mencionar de nuevo "la prueba".
Ayer fue un día decididamente "raro", o especial, según cómo se mire. Empezó de una manera extraña y siguió siendo así hasta que me acosté. Una de las rarezas fue esa, la prueba del VIH que decidí hacerme. Paseaba por Tribunal con unas amigas cuando vimos un stand de prevención contra el Sida y que en una caseta móvil al lado realizaban la prueba de forma gratuita. Al ver que los resultados tardaban apenas unos 15 o 20 minutos dijimos ¿Por qué no? Nunca está de más asegurarse. Y la hicimos. No miento si os digo que fueron los 20 minutos más angustiosos que he vivido en mucho tiempo.
Al principio todo va bien, haces bromas, firmas la autorización voluntaria y hablas con el hombre que te explica más o menos de qué va la cosa. Sin embargo, en uno de los silencios que se producen comienzas a pensar. En toda mi vida he cometido muy pocas "conductas de riesgo", como se llaman, es decir, no utilizar preservativo, pero en ese momento me volvían a la mente una tras otra sin poder evitar pensar ¿Y si a la salida me dicen que tengo el VIH? ¿Qué hago? Cuando alguno de tus acompañantes comienza a pensar en voz alta, el nerviosismo se va convirtiendo en auténtico pánico, piensas si realmente quieres saberlo, si es bueno que hagas la prueba. Menos mal que siempre hay alguien sensato a tu lado que te dice algo así como: pues mira, si lo tienes así ya lo sabes y puedes empezar a tratarlo, lo cual se traduce en 10 años más de vida.
Pero en el momento eso te suena a cuento chino y piensas que realmente vivir en la ignorancia no está tan mal. La ignorancia da la felicidad, ¿no? nunca se me había ocurrido un mejor ejemplo para ilustrar ese dicho popular.
La prueba consiste en un pequeño pinchazo en el dedo, no duele, es más, ni te enteras de que te han pinchado. Luego los temidos 20 minutos de espera. Intentas hablar de cosas estúpidas para relajar la tensión pero no puedes dejar de repasar tu vida. La diferencia, en este caso, entre un "sí" y un "no" es tan tan abismal que aterra. Hacía tiempo que no me planteaba tantas cosas en tan poco tiempo. Repasas una a una tus parejas sexuales, las conductas de riesgo, los posibles errores y, aunque hay algún que otro detalle, te consuelas pensando que no tenían pinta de ser portadores del VIH pero claro, nunca se sabe.
Te das cuenta de lo fuerte que es tu cuerpo. Durante 3 meses lucha día a día contra el virus sin que éste se pueda detectar en la sangre. Pero siempre gana. El VIH siempre sale victorioso de esa lucha sin cuartel que se produce en tu cuerpo sin que tú lo sepas. Después de eso pueden pasar años sin que se manifieste. De hecho, puede que pasas el resto de tu vida tranquilamente, portándolo, pero sin que debilite tu cuerpo, sin que destruya tu sistema inmune.
De repente piensas en lo que harías si te dijeran que el resultado es positivo. En mi lugar, creo que me quedaría en shock, no creo que reaccionara ni que lo asimilara por lo menos en un par de días. Luego llamaría a mi madre. Hay cosas y cosas en la vida, pero que te digan que tienes un virus que, probablemente, acabará matándote por un descuido de una noche, por un hecho que, en su momento pensaste, es una tontería tiene que ser muy muy duro. Siempre pensamos "No me va a pasar a mi" pero eso lo piensan miles de personas cada día respecto a muchas cosas. y les toca. Pero ser el culpable de la muerte de tu cuerpo, del fin de tu vida está a otro nivel. Lo mismo se puede decir del tabaco, del alcohol y de las drogas en general. La diferencia con el Sida es que hace falta solo un descuido, solo uno, para que marques el resto de tu vida.
Al principio todo va bien, haces bromas, firmas la autorización voluntaria y hablas con el hombre que te explica más o menos de qué va la cosa. Sin embargo, en uno de los silencios que se producen comienzas a pensar. En toda mi vida he cometido muy pocas "conductas de riesgo", como se llaman, es decir, no utilizar preservativo, pero en ese momento me volvían a la mente una tras otra sin poder evitar pensar ¿Y si a la salida me dicen que tengo el VIH? ¿Qué hago? Cuando alguno de tus acompañantes comienza a pensar en voz alta, el nerviosismo se va convirtiendo en auténtico pánico, piensas si realmente quieres saberlo, si es bueno que hagas la prueba. Menos mal que siempre hay alguien sensato a tu lado que te dice algo así como: pues mira, si lo tienes así ya lo sabes y puedes empezar a tratarlo, lo cual se traduce en 10 años más de vida.
Pero en el momento eso te suena a cuento chino y piensas que realmente vivir en la ignorancia no está tan mal. La ignorancia da la felicidad, ¿no? nunca se me había ocurrido un mejor ejemplo para ilustrar ese dicho popular.
La prueba consiste en un pequeño pinchazo en el dedo, no duele, es más, ni te enteras de que te han pinchado. Luego los temidos 20 minutos de espera. Intentas hablar de cosas estúpidas para relajar la tensión pero no puedes dejar de repasar tu vida. La diferencia, en este caso, entre un "sí" y un "no" es tan tan abismal que aterra. Hacía tiempo que no me planteaba tantas cosas en tan poco tiempo. Repasas una a una tus parejas sexuales, las conductas de riesgo, los posibles errores y, aunque hay algún que otro detalle, te consuelas pensando que no tenían pinta de ser portadores del VIH pero claro, nunca se sabe.
Te das cuenta de lo fuerte que es tu cuerpo. Durante 3 meses lucha día a día contra el virus sin que éste se pueda detectar en la sangre. Pero siempre gana. El VIH siempre sale victorioso de esa lucha sin cuartel que se produce en tu cuerpo sin que tú lo sepas. Después de eso pueden pasar años sin que se manifieste. De hecho, puede que pasas el resto de tu vida tranquilamente, portándolo, pero sin que debilite tu cuerpo, sin que destruya tu sistema inmune.
De repente piensas en lo que harías si te dijeran que el resultado es positivo. En mi lugar, creo que me quedaría en shock, no creo que reaccionara ni que lo asimilara por lo menos en un par de días. Luego llamaría a mi madre. Hay cosas y cosas en la vida, pero que te digan que tienes un virus que, probablemente, acabará matándote por un descuido de una noche, por un hecho que, en su momento pensaste, es una tontería tiene que ser muy muy duro. Siempre pensamos "No me va a pasar a mi" pero eso lo piensan miles de personas cada día respecto a muchas cosas. y les toca. Pero ser el culpable de la muerte de tu cuerpo, del fin de tu vida está a otro nivel. Lo mismo se puede decir del tabaco, del alcohol y de las drogas en general. La diferencia con el Sida es que hace falta solo un descuido, solo uno, para que marques el resto de tu vida.
Hay personas que nacen portando el virus, que no se contagiaron conscientemente, a la que han engañado, o que, en efecto, han tenido relaciones sexuales sin pensar en las posibles consecuencias. Conocí a un hombre que tenía Sida. Era mi profesor de cerámica en el colegio,. Amable, simpático y muy buena persona. Yo era muy pequeña y apenas me acuerdo pero cuando murió recuerdo que lloré mucho su muerte y que no entendía como una persona podía morir de neumonía. Pepe se llamaba.
Hay que normalizar un poco el hecho de que alguien pueda tener el Sida, no debemos dejarles de lado por eso. La sociedad nos ha enseñado que el Sida es tan malo que solo con que alguien nombre que es portador produce en nosotros el impulso de alejarnos lo antes posible de ese individuo. El problema es que esta actitud esta mal. Siguen siendo personas y mucho más fuertes, valientes y valiosas que todos los demás. Primero, porque han asumido su muerte y han decidido afrontarla. Y segundo, porque su vida es finita, todo lo que esas personas podrían aportar al mundo se ha truncado, ya sea porque mueran en el camino o porque se dediquen tanto a luchar contra el virus que se olvidan casi de vivir. Hay que apoyarles por todo ello.
Finalmente, "Bueno, el resultado es negativo, ¿Ves? esta rayita solitaria significa que no eres portadora del VIH. Lo único que falta por decir es que folles mucho pero con condón. Más vale prevenir que curar ¿no?" Y con esa frase acabó la tortura psicológica que me había infringido a mi misma durante los últimos 15 minutos.
El "No", mas deseado de toda mi vida, os lo aseguro.
P.D: se recomienda que cada persona se haga la prueba cuando tiene una vida sexual activa y ha tenido relaciones sexuales con varias personas. Si quieren hacerse la prueba el mismo stand va a estar los miércoles y jueves todo el año, durante todo el día, en la Calle Fuencarral, al lado del Mercado de Fuencarral (Metro Gran Vía o Tribunal). Aunque solo sea por prevención, todos deberíamos hacerlo en algún momento.
Hay que normalizar un poco el hecho de que alguien pueda tener el Sida, no debemos dejarles de lado por eso. La sociedad nos ha enseñado que el Sida es tan malo que solo con que alguien nombre que es portador produce en nosotros el impulso de alejarnos lo antes posible de ese individuo. El problema es que esta actitud esta mal. Siguen siendo personas y mucho más fuertes, valientes y valiosas que todos los demás. Primero, porque han asumido su muerte y han decidido afrontarla. Y segundo, porque su vida es finita, todo lo que esas personas podrían aportar al mundo se ha truncado, ya sea porque mueran en el camino o porque se dediquen tanto a luchar contra el virus que se olvidan casi de vivir. Hay que apoyarles por todo ello.
Finalmente, "Bueno, el resultado es negativo, ¿Ves? esta rayita solitaria significa que no eres portadora del VIH. Lo único que falta por decir es que folles mucho pero con condón. Más vale prevenir que curar ¿no?" Y con esa frase acabó la tortura psicológica que me había infringido a mi misma durante los últimos 15 minutos.
El "No", mas deseado de toda mi vida, os lo aseguro.
P.D: se recomienda que cada persona se haga la prueba cuando tiene una vida sexual activa y ha tenido relaciones sexuales con varias personas. Si quieren hacerse la prueba el mismo stand va a estar los miércoles y jueves todo el año, durante todo el día, en la Calle Fuencarral, al lado del Mercado de Fuencarral (Metro Gran Vía o Tribunal). Aunque solo sea por prevención, todos deberíamos hacerlo en algún momento.
3 comentarios:
bueno...segunda vez.
es cierto que es una enfermedad dura, pero yo no estoy de acuerdo en que la sociedad inculque miedo hacia las personas infectadas por VIH. puede que sí hacia la enfermedad en si, pero no hacia quienes la padecen.
de hecho, creo q las campañas promueven bastante la igualdad y la tolerancia.
además, hoy en día, con los fármacos que existen, y lo que se conoce sobre la enfermedad, se puede sobrellevar bastante bien (teniendo en cuenta, claro, los protocolos y precauciones para evitar contagios).
a ver si me animo y me la hago yo tb!
besos
Es cierto que se promueve la tolerancia, pero no creo que la información sea suficiente. Muchas personas creen que el VIH se puede contagiar por la saliva, ven una herida de alguien con sida y salen casi corriendo.. a eso me refería. La gente cree que el contagio es mucho más fácil de lo que realmente es. Le tienen miedo a la enfermedad y, por tanto, a los que la tienen..
Gracias por comentar :) eres el único que me comenta... snif..
un besito!
eso es la gente que ni se molesta en informarse.
el VIH tiene un porcentaje bastante bajo de transmitirse, pero aún así, existe. eso no se dice en las campañas proque sería un boom de sexo sin protección.
hoy en dia, el q no sabe los medios de transmisión del VIh, es porque no tiene ganas d saberlo...
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