23/2/09

And The Oscar Goes To....

...Penelope Cruz!
Cuando me metí ayer en la cama no me cabían muchas dudas de que el óscar por mejor actriz de reparto iba a venirse a España, más que nada por el bombardeo promocional que han realizado de esta actriz y la película en EEUU. Que nadie me malinterprete, Pe lo hace genial en la última película y creo que se merece el Oscar, pero era bastante previsible. Su papel en "Vicky Cristina Barcelona" de histérica loca de amor por Bardem lo borda. Los papeles de mujer de barrio español los hace genial, lo cual no es tan fácil como pueda parecer (menos mal que realmente no habla inglés como en la película).


Igualmente previsibles eran el Oscar para la mejor actriz principal que recibía Kate Winslet por "The reader" y Heath Ledger, cuya familia recogió el Oscar póstumo. La gran premiada fue "Slumdog Millionaire" que ganó 8 Óscars, incluido el de mejor película y mejor director (Daniel Boyle). Sinceramente, no me lo esperaba. La película es una pasada pero no se le ha dado el bombo acostumbrado para una película triunfadora en la noche de estos premios. De hecho hasta hace unos días no había visto un cartel de esta película, ni habia oído halar de ella en televisión o ver que la mencionaban en los periódicos. La ví hace 3 semanas y me encantó. Es una película que te hace descender a las chabolas de la India, al tipo de vida que la gente pobre tiene en dicho país y cómo el hecho de acertar todas las preguntas en "Quién quiere ser millonario" siendo pobre es motivo de detención policial.


La gran decepción: El curioso Caso de Benjamin Button, que solo se llevó 3 estatuillas , aunque bien merecidas (mejor maquillaje, mejores efectos especiales, mejor dirección artística) ya que el maquillaje es genial (quién ve al guapísimo Brad Pitt en el pequeño viejecillo del principio?) A mi me gustó la película, para que mentir. Pero no la veía ganadora de tantos oscars y por eso me temía lo peor. Pensaba que iba a ser tan premiada como se anunciaba en el trailer, habiendo como había otras grandes películas a su lado. Menos mal que en la meca del cine aún hay un poco de sentido común y de vergüenza, sería un canteo que premiaran a la película con mejor campaña promocional siempre.


La gran sorpresa para mi fue, sin duda alguna, el Óscar al mejor actor que fue dado a Sean Penn. Cuando lo leía en el periódico esta mañana casi me pongo a dar saltos de alegría en la cafetería. Por fin los Óscars dejan de lado el politiqueo y las pequeñas rencillas para premiar a alguien que se lo merece (estoy muy decepcionada de los Óscars del año pasado, se nota?). Sean Penn no es un actor demasiado querido en estos premios pero aún así su papel en "Mi nombre es Harvey Milk" es indiscutiblemente bueno. Por otro lado, una película que trata sobre el movimiento por los derechos de los homosexuales en los años 60 y, además, lo hace a su favor, tuvo que impactar bastante al público estadounidense, tan puritano y reprimido. Por eso: aplausos para la academia.


Qué más decir de una gala como la de anoche. Me parece que este año los premios están donde debían estar y no donde ellos quieren que estén, no sé si me explico. Estoy muy contenta con el balance de ayer. Lo único que me ha impactado e indignado de ello es su recogida en los periódicos españoles. En El País, por ejemplo, se recogía a doble página el gran triunfo de Penélope Cruz pero no decían absolutamente nada del resto de los premios. En el Mundo tres cuartos de lo mismo. El único que incluía información adicional era el 20minutos. Joder, vale que lo de Pe es una pasada y que "ya era hora" y demás... pero ¿tanto como para obviar el resto de los premios?

En fin, en España solo interesa lo español. O eso parece.

5/2/09

Sin Duda, El Mejor Discurso Que He Oido




Acaban de escuchar a Severn Suzuki, una niña canadiense que el 3 de junio de 1992 tuvo las agallas de presentarse ante la Conferencia de Medioambiente y Desarrollo "The Earrth Summit", celebrada en Río de Janeiro, y pronunciar las palabras que realmente importan, lo que todos pensamos pero ninguno decimos. Esta niña, con tan solo 12 años ya hacía 2 que habia fundado ECO (Environmental Childrens Organization) con sus amigos de Vancouver. A una edad tan temprana, recaudaron fondos para poder asistir a dicha cumbre con unos cuantos amigos más.

Les juro que acabo de quedarme pasmada. Para que luego digan que no podemos hacer nada. Probablemente el discurso que esa niña dio no cambió las decisiones que iban a tomarse en Río de Janeiro esos días, pero seguro que despertó la conciencia de alguno de los asistentes.

Veo a una niña de 12 años, con las ideas tan claras, tan comprometida y tan decidida a cambiar las cosas. Y me veo a mi misma, aki sentada, sin hacer absolutamente nada. Solo ver cómo el mundo se desmorona, sin alzar la voz, sin intentar cambiar las cosas realmente. Lo que acabo de oir es un discruso político simple y sencillo, pero realista y muy duro. Que una niña tenga que decirnos cómo son las cosas porque no somos capaz de verlo por nosotros mismos, creo que dice mucho de la forma en que el mundo está siendo gobernado.

2/2/09

Vamos a Empezar por el Principio...

Hacía mucho tiempo que no leía el periódico y encontraba en él alguna noticia esperanzadora. No es la noticia del año, ni mucho menos, tampoco promete que el mundo se vaya a arreglar, de ninguna manera, pero da a los niños un pequeño rayo de luz al final del camino. La noticia es, a grandes rasgos, que en los países subdesarrollados (sobre todo en África, Latinoamérica y Asia) en que el trabajo infantil no está prohibido y es una regla general, los niños comienzan a organizarse por sus derechos.

La premisa que siguen es: mientras no haya una legislación que prohíba la explotación infantil y sea necesario para la supervivencia de estos niños y sus familias que trabajen, por lo menos que tengan algunos derechos. Como dije arriba, no va a arreglar su situación, está claro. Sin embargo, por algún sitio han de empezar a luchar.

La situación respecto al trabajo infantil es muy triste actualmente. Unos 218 millones de niños trabajan en condiciones infrahumanas, sin ningún tipo de derecho. No pueden ir a la escuela, ni quedarse en casa cuando están enfermos. Ya ni hablemos de acceder a la sanidad, de tener un salario justo o, simplemente, no recibir una paliza cuando a su patrón le venga en gana.



Claro que el objetivo ha de seguir siendo la abolición del trabajo infantil. Estos "adultos prematuros" deberían estar jugando al fútbol o con las muñecas en vez de recolectar materiales en grandes basureros o fabricar productos deportivos durante 14 horas al día. Pero siguen necesitando comida, para ellos y su familia, por eso trabajan. Muchos no quieren que les prohiban trabajar, solo trabajar en mejores condiciones. Cuando sus padres puedan acceder al mercado de trabajo, la economía de sus países mejore y la legislación sea más realista y acorde con los Derechos Humanos, entonces podremos empezar a hablar de cambios reales.

Es fascinante como estos niños solo quieren tener mejores condiciones de trabajo (por favor, vuelvan a leer esa frase si no les impacta) y los niños que hay a nuestro alrededor lo pasan fatal si no tienen el último juego para la Wii o la nueva Xbox. Gastamos y gastamos, sin parar, constantemente y en cosas que no necesitamos. Sin ir más lejos, mis primos tienen la Xbox, la Wii, un portátil, la Nintendo DS y muchísimos juegos para todo ello. No les basta con una o dos videoconsolas, necesitan todas las que hay en el mercado (no tienen la PS3 no sé ni porqué).

Pero no es solo problema de los niños. Si lo tienen es porque nosotros se lo damos. Nos es más fácil darles una maquinita de estas para que se entretengan que oirles la cantinela o jugar con ellos una tarde entera. Nadie les enseña lo afortunados que son. Recuerdo que cuando era pequeña y no quería comer alguna cosa mi madre me decía: Mariana, hay muchísimos niños que se mueren de hambre en el mundo y a los que les encantaría comerse eso. Yo me sentía mal y me lo comía. No obstante, llegó un momento en que, incluso siendo una niña, dicho argumento me sonaba vacío de contenido (Supongo que la repetición hizo que mi interés decayera y la veracidad de las palabras disminuyera) y le contesté: pues mételo en un sobre y envíaselo.

No les voy a contar la torta que me pegó mi madre porque, bueno, no es algo de lo que me sienta orgullosa. Pero ese día se me ha quedado grabado en mi mente. Primero, por ser tan mezquina de despreciar una realidad tan cruel. Segundo, por ser tan poco empática como para que me diera igual. Tercero, porque cuando dije esas palabras a mi madre se le humedecieron los ojos.

Espero saber trasladar a mis hijos la misma preocupación por los demás que mi madre consiguió que yo tuviera. Espero, sin embargo, que cuando tenga que enseñarles esas cosas a mis hijos ya no sea necesario porque esta situación haya cambiado, por fin, y los niños ya no recojan basura o sean explotados sino que jueguen con sus amigos o simplemente se sienten a saborear, por un instante, una vida libre y feliz.