5/6/08

El País de la Verdad

Siguiendo en la línea del post “El País de los Mentirosos” aquí dejo la segunda parte, por decirlo de alguna manera. El hecho de pensar en cómo sería una comunidad en la que la mentira estuviera valorada me llevó a pensar en qué pasaría si fuera totalmente al revés. Me explico: es cierto que en nuestra sociedad la verdad está muy valorada y todos queremos que nuestros amigos y conocidos sean sinceros con nosotros pero ¿De verdad queremos una sinceridad absoluta?

Imaginemos que no pudiéramos mentir, que siempre dijéramos lo que pensamos sobre todo y todas las personas y sus acciones. No tendríamos amigos, llegaríamos al mismo resultado que en el otro caso. El hecho de que valoremos que, de vez en cuando (repito, de vez en cuando) nos digan la verdad no significa que nos guste oír siempre la verdad. En primer lugar, no paramos de mentirnos a nosotros mismos constantemente. Por otro lado, los seres humanos mentimos constantemente: sonreímos cuando no nos apetece, correspondemos un abrazo cuando no lo sentimos y no decimos o adornamos muchas de nuestras opiniones para no hacer daño a las personas que queremos.

¿Cuántas “mentirijillas” podemos decir en un día? Supongo que depende de la persona y de sus circunstancias, pero hagamos la prueba, cuenten las pequeñas mentiras que dicen en un día. Yo hoy ya llevo una a la kioskera de mi barrio. Cosas que pasan.

Mentimos para no hacer sentir mal a las personas. Hace poco vi una serie en la que uno de los protagonistas mentía constantemente porque creía firmemente que vale más una mentira que evite el dolor que una verdad dolorosa. Es algo relativo, obviamente, hay veces que queremos que nos digan la verdad porque es un tema importante y hay veces que no queremos saber nada y, de hecho, cuando alguien nos dice cuatro verdades a la cara lo encajamos fatal, sobre todo si son fallos.

Nos callamos los fallos, las críticas, porque es lo que no gusta recibir a los demás, ni a nosotros mismos. Los halagos y las cosas buenas ¿Para qué callarlas? Hacemos felices a nuestros amigos cuando les decimos que les queremos o cuando alabamos alguna de sus acciones o sus méritos. No obstante, hay veces que es necesario decir TODA la verdad. Esas ocasiones a mi me aterran. Llegado el momento de decir la verdad, para que callarse algo, lo digo todo y ya está. Normalmente la cosa no acaba muy bien porque aunque le diga a la persona en cuestión cien cosas buenas que tiene, con que le diga solo una mala ya la conversación se tiñe de negatividad y acaba en discusión o en dolor.

En realidad, creo que no decimos siempre la verdad porque, en el fondo, somos unos cobardes y egoístas, porque nos sentimos mal cuando le hacemos daño a alguien y el hecho de no decirlo hace que durmamos mejor por la noche.

Volviendo al tema central, si todos dijéramos constantemente la verdad no tendríamos amigos y nos volveríamos en personas antisociales y totalmente independientes. Con lo cual, el ser humano, sociable por naturaleza (aunque Kant disiente ligeramente sobre esto) llegaría a un estado de soledad y superficialidad tal que no puede desembocar en otro resultado que la depresión, paranoia y demás síntomas que tendríamos si viviéramos siempre mintiendo.

La única diferencia que se me ocurre entre ambos tipos de “suicidio social” es el hecho de que si dijéramos siempre la verdad moriríamos llenos de dolor, resentimiento y sufrimiento. Es cierto que a veces una mentira para evitar el dolor es mejor que una verdad dolorosa, pero hay veces que es necesario decir toda la verdad. El problema está en diferenciar cuándo procede uno u otra.

Yo creo que prefiero saber toda la verdad. Aunque me duela, quiero tener el derecho a elegir y a equivocarme. ¿Cómo darme cuenta de mis equivocaciones si no sé la verdad?

1 comentario:

Xabico dijo...

Hola Nana. Te voy a responder a este post segun lo veo yo.

No se si sera mala la sinceridad absoluta, yo solo se que no suelo mentir y menos con las grandes cosas y que desde luego me va muy bien con mi gente. Digo que no suelo mentir, no que no mienta y es que aqui hay un matiz: puede que diga algunas mentirijillas o le eche mucho morro con la gente que no conozco, pero con la que si y la que me importa, no miento o al menos intento ser sincero en un 100 por 100.

El tema es que lo que digo quiza no sea siemrpe la verdad, si no mas bien como percivo, es decir, yo puedo considerar que alguien se sale o que es muy sincero y se lo dire, puede o no que sea verdad, pero yo lo considero asi por lo que algo de verdad debe de tener a no ser que este muy engañado.

¿Por que siempre le digo a la gente "mi verdad"? Esto es por algo muy simple, cuando hablo con alguien me gusta sentir cuando hablo con alguien que ninguno de los 2 oculta algo al otro, me gusta sentir en ese momento, en esa conversacion, que los 2 sabemos de que vamos y que sabemos que podemos esperar.

Que alguna vez hay mentirijillas, de acuerdo, pero nunca en lo importante. Quiza sea de los que peor acepta las criticas, pero prefiero siempre que me digan la verdad a que me la oculten, por que la verdad siempre sale a la luz y cuando sale, duele mas si sabes que estuvo oculta.

Tambien quiza por esta costumbre de decir las cosas como las veo a veces he tenido movidas y otras parece que miento por el hecho de que le diga algo bueno a alguien (estamos tan poco acostumbrados que cuando nos dicen algo bueno parece que sea una mentira) pero estoy orgulloso de no tener nada que callar, de no callarme ante nada.

He de decir que mi concepcion del ser humano es quiza un poco peor y no pienso que se pueda mentir por amistad. La gente no lo hace por amistad ni por no hacer daño, si no en la mayoria de los casos por su propio bien y para evitar las represalias que puede tener decir la verdad. Es muy jodido decirle la verda a alguien sabiendo que le haces daño pero es que esa verdad de todos modos va a salir a la luz y entonces sera peor. Ademas muchas veces engañar conlleva un autocnvencimiento y engañar a los demas es engañarte a ti mismo. Creeme, no hay nada mas malo que engañarte a ti mismo, por que si no eres sincero contigo mismo, poco a poco ya no sabes ni quien eres y te vuelves mas receptivo a tus mentiras y para ellos frio y vacio.

Tambien quiza por esto haya caido en la paranoia (en la depresion no, por supuesto) de si he sido completamente claro al hablar y no me he fallado para nada a mis principios o a lo que siento. Pero a pesar de esta paranoia lo recomiendo. Puedo asegurar por experiencia que no hay nada mejor que sentarte en una mesa a tomar unas cañas teniendo en frente a alguien y teniendo absolutamente claro vuestra situacion, que pensais y que sentiis. Esta claro que nunca vas a llegar a conocer a la otra persona del todo y nunca sabras del todo su forma de actuar. Si te planteas que puede reaccionar de 5 maneras distintas puede que actue de una que no habias contemplado. Esto no tiene que ver con que estemos seguros absolutamente de que no nos miente. Por que es bonito no conocer del todo a alguien y dejar que te sorprenda dia a dia, pero lo es mucho mas cuando tienes claro lo que piensa y lo que siente y que no te engaña al hablar.

Por esto recomiendo decir la verdad, por que aunque muchas veces duele, otras muchas cura las heridas y por que si dices la verdad a veces causas heridas que pueden durar mucho tiempo, pero mentir es algo que nos envenena, a nosotros y a los demas, lentamente, hasta que estamos perdidos del todo. Para cerrar creo que viene al pego una frase que escribi hace tiempo y que desde entonces e acompaña como nick del messenger.

Quien a hierro mata a hierro muerer y siendo sincer nunca hierras pero a veces hieres.

Un saludo.