4/11/08

No Title

Las horas van desfilando ante mis ojos una a una. El tiempo se me va, lo sé. El tiempo no es eterno y, aún así, aquí estoy sentada viendo como se evapora segundo a segundo. La dejadez me domina, la pasividad se va apoderando de mi… irme a dormir me parece una de las mejores opciones en mi vida ahora mismo. No hago nada y me siento mal por ello, pero aún así no me muevo. Es uno de esos momentos en los que tienes que tirar de ti mismo y obligarte a salir al mundo, a la vida, a la gente…


Tengo miedo y huyo de ello. Prefiero evadirme a sentirlo con toda su fuerza. La inestabilidad me rodea mire a donde mire, todo se ha vuelto difuso y complicado. Mi vida es un constante ir y venir de horas desaprovechadas, de pensamientos que no llevan a ninguna parte. Incluso para hacer algo que me apetece hace tiempo estoy reticente, no quiero salir de casa hoy. Quiero enterrarme entre mis sábanas y soñar con un día mejor. Un día en el que todo esto haya pasado.


Quiero poder soñar con él libremente, quiero ver mi camino trazado, mi carrera profesional empezada. ¿Quién dijo que los inicios eran fáciles? Es para matarlo. Las dudas se agolpan en mi cabeza una tras otra… preguntas sin respuesta, caminos que no tienen un final definido, miles de posibles equivocaciones se van dibujando poco a poco entre las opciones. El miedo se apodera de mi y, en vez de intentar buscar una mejor solución, me quedo parada, sin hacer nada.


No tengo una actitud de espera, ni de expectación, simplemente de apatía, de “a ver qué pasa”. El problema es que eso antes hubiera funcionado. En mi vida pasada todo tenía un inicio y un fin, todo estaba más o menos pensado. Ahora mismo verlas venir no es una actitud adecuada. Más que nada porque no va a venir nada si no lo busco. Estoy en tierra de nadie, en el limbo, en ese lugar en el que tomar un camino asusta pero tomar otro diferente acojona. Ninguna opción parece correcta y el tiempo apremia para que tome, por fin, una decisión.

Para que adopte otra actitud, que haga algo con mi puñetera existencia. No puedo simplemente dejarme llevar por los acontecimientos, tengo que empezar a sacarme las castañas del fuego sola y estoy acojonada.




Estoy acojonada profesionalmente, económicamente y personalmente. Profesionalmente porque no sé si conseguiré lo que quiero. No sé si, finalmente, me conformaré con lo que me venga antes de volver a casa, pasaré por el aro, me hipotecaré y me quedaré en un sitio fijo con todas mis ilusiones e ideas carromiendome por dentro. Económicamente, por la crisis, porque el dinero ya comienza a pesar en mis espaldas, la responsabilidad de conseguirlo y el tener que trabajar de cualquier cosa antes que estar sin nada que hacer. Personalmente, bueno, porque las cosas nunca son tan fáciles o difíciles como creemos.


Hoy es uno de esos días en los que me encantaría acampar en mi habitación. Encerrarme con un buen libro, una historia que me haga aterrizar en un lugar muy lejano, en una vida totalmente diferente a la mía. Diferentes paisajes, vivencias y personas. Una historia de esas que a todos nos gustaría vivir pero que sabemos, no nos pasará nunca. Por eso recurrimos a los libros, porque soñar es gratis.


Hoy es uno de esos días en los que el mundo se me antoja extraño y agresivo, en que no me apetece acercarme a las personas para que me cuenten su historia, en que una sonrisa se me dibuja falsamente en la cara para no quedar mal, en que me da tan igual todo que ni siquiera la música puede sacarme de este estado de apatía.


Hoy es uno de esos días que no tendrán un lugar destacado en mi memoria, de esos que no deberían existir.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Te sirve de consuelo que te diga... que somos dos con exactamente los mismos sentimientos?

Voy a destacar a mi opinion uno de los parrafos:

"Para que adopte otra actitud, que haga algo con mi puñetera existencia. No puedo simplemente dejarme llevar por los acontecimientos, tengo que empezar a sacarme las castañas del fuego sola y estoy acojonada."

Como echo de menos aquellas épocas en la islita, sin responsabilidades, sin nada lo suficientemente importante que hacer y poder perder el tiempo a nuestro antojo...

LiO dijo...

la apatia está bien hasta cierto punto. no dejes que las cosas se te vengan encima es mejor esforzarse un poquito cada día, a esforzarse tanto que te duele cuando un problema te estalla encima...
hazme caso.
beso.