1/9/08

¿Te he Contado Ya Lo que Me Pasó Ayer?

Acabo de leer este post y, reflexionando sobre ello, he llegado a la conclusión de que las personas no nos entendemos. Nunca lo haremos. Puede que encontremos un espejismo de entendimiento, un punto medio en el que todo va bien, pero si realmente explicáramos cada cosa que decimos nuestro interlocutor quedaría mudo del asombro. Cierto es que hay cosas que solo tienen un significado, pero muchas veces no es así. Tal y como ocurre en el post que leí, podemos mantener una conversación aparentemente coherente y no estar enterándonos de nada.

Buscando un término medio de comunicación, descubrí (más bien asimilé) que podemos clasificar a las personas, muchas veces, por lo que sale o no de su boca.

Así, podemos encontrarnos (más bien tropezarnos) con personas que lo explican todo y que te cuentan absolutamente TODO lo que se les pasa por la cabeza, tanto si es interesante como si no. Comienzan a explicarte lo que les pasó en la panadería pero, claro, primero tienen que contarte qué ropa llevaban, lo que pensaron por el camino, con quién se encontraron y, por supuesto, quién es esa persona, con antecedentes penales incluidos. Este tipo de personas, cuya incontinencia verbal no siempre es incómoda, no sabe resumir. Simplemente, creen que todo es importante, lo cual, en cierto modo está bien pero hay días en los que es insufrible.

Por su parte, también están l@s MUTIS, es decir, las personas que no dicen "esta boca es mia". Que puedes conocer desde hace años y de repente caer en la cuenta de que no sabes casi nada sobre sus opiniones o su vida en general: ¿Tiene hermanos? ¿Le gustan los macarrones? ¿Qué bebe cuando sale de fiesta? ¿Sale de fiesta? y, en resumen, ¿Cómo es? ¿Le gusta viajar? ¿Le gusta leer?
En realidad son datos básicos de una persona con la que has mantenido una relación durante varios años, pero no lo sabes. Ese es el momento en que empiezas a preguntar, pero claro, la otra persona, acostumbrada a no soltar prenda se siente incómoda. Supongo que a mi también me pasaría si no fuera porque respondo todo lo que me preguntan sin cuestionarme el porqué. No obstante, si tienes una relación de "colega" o "conocido" en el momento en que empieza a fusilarte a preguntas lo mínimo es que flipes y cuando reaccionas ya empiezas a sentirte incómodo.



Todo esto me llevó a pensar que los humanos estamos obsesionados con guardarnos información, con mantener una parcela de intimidad que nadie más sepa que está ahi. Queremos controlar el flujo de información que sale por esta boquita nuestra. Porque hasta las personas que mas hablan tienen secretos, porque hasta ese amigo que no para de hablar en 2 horas guarda información reservada. Información que cree es más suya, más íntima.

Muchas personas no son capaces de conectar con las personas que son más herméticas por eso, porque quieren información sobre ellas y, al no recibirla, se aburren, pierden interés, porque la información para ellos es sumamente importante (o eso parece). Las personas herméticas, es cierto, a veces desesperan porque hay que sacarles la información a cucharaditas, porque no queremos compartir información gratuitamente, es decir, no te voy a contar hasta mi último pensamiento si tú no me cuentas ni lo que hiciste ayer. Pero cuando te cuentan algo, sabes que es importante. No malgastan saliva contándote chorradas, por eso en cuanto abren la boca te sientes especial. Porque así te demuestran que confían en ti, que eres importante.

No por ello hemos de pensar que los que te cuentan su vida en cuanto se presentan son un libro abierto y asumirlo, sin más. Detrás de esa cascada de palabras esconden algo de suma importancia: su mundo, su visión de la vida. Llegar hasta ese manantial es algo increíble porque te sorprenden. De repente un día llegan y te dicen: ayer me acabé de leer un libro sobre el cambio climático/la guerra de vietnam/Nietsche/los filósofos griegos... o te dicen: buah, me encantaría irme de viaje a la Antártida. Y cuanto menos tú te sorprendes. Ahí empieza una conversación que hace que no salgas de tu asombro porque te cuenta y te explica y, joder, aprendes un montón sobre esa persona en apenas media hora. Mucho más que las ochocientas mil horas que te has pasado escuchando historietas variadas sobre el día a día.

Sé que jamás encontraré el punto medio (yo soy de las que padecen incontinencia verbal) pero creo que todos deberíamos poner algo de nuestra parte y, sin pasarnos de hablar, llegar a un mínimo entendimiento. Que si hay un malentendido y lo notas, lo expliques, pero no todo merece ser comentado.

"Nunca Tantas palabras dijeron tan poco"

"Hay miradas que no necesitan explicación"

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