Crecemos. Crecemos y crecemos sin saber cuando llegará el tope, cuando llegaremos a ser una persona completa y de la que nos sintamos orgullosos. Engañarse a uno mismo es el peor de los engaños pero lo hacemos constantemente. Dejarse llevar por la corriente no es tan divertido como yo pensaba, llega un momento en el que quieres volver a controlar las cosas y ya no puedes, se hace cuesta arriba, cada día que pasa es más difícil y cada día te sientes más apartado de tu vida, de tu mundo, del mundo en general.
Un día te levantas, te miras al espejo y, en realidad, te das cuenta de que no sabes qué cojones estás haciendo con tu vida, no sabes lo que quieres, a donde quieres ir ni con quién quieres hacerlo. Solo sabes que necesitas cambiar, no sabes el qué, pero lo necesitas ya. Pasas días pensandolo y meditándolo y, cuando parece que tienes una idea de hacia donde quieres dirigirte (ni siquiera a donde quieres llegar) resulta que no tienes ni idea de cómo hacerlo. Supongo que este estado de confusión es relativamente normal, que a todos nos llega el momento de tener que decidir por nosotros mismos.
Ese momento ha llegado y nunca imaginé que fuera tan difícil afrontarlo. Aquí, allá, irme, quedarme, cambiar de aires, de gente... quizás empezar de cero sea la respuesta pero... ¿estoy preparada para algo así? igual el cambio necesario es simplemente encajar en algún sitio, con algunas personas. Sinceramente, ahora mismo no siento que encaje con nadie y en ningún sitio. Los indicios que creía me señalaban esta circunstancia no lo eran y ahora me siento más perdida aún. Así que no solo es el plano profesional lo que me preocupa, también el personal me tiene algo descolocada.
Nunca me habia pasado algo así. Supongo que siempre habia sentido una integración total entre las personas a las que quiero. Antes estaba mucho más segura de mi misma y cada vez lo soy menos. Al contrario que el resto del mundo, que con los años se quiere más, yo con los años me planteo más cosas sobre mí misma. Dentro de poco será mi cumpleaños y, aunque soy de esas que piensan que es un día especial y único para el cumpleañero, no sé si estoy preparada para enfrentarlo. Que sí, que sé que son solo 22 años, que tengo toda la vida por delante y frases hechas similares. No es por la edad. Es más por este último año de mi vida... Hago balance desde que cumplí los 21 y siento un enorme vacío en este año. Como si hubiera estado de lo más dispersa, no soy capaz de concentrarme en nada, de mantener una relación normal no soy capaz de ser yo misma.
En mi otra vida, cada vez soy más yo misma. En esta, cada vez pinto menos. O esa es la sensación que tengo en mi interior. Es como si cada día que pasa desapareciera un poquito más de escena hasta que llegue un día en el que sea invisible y ya sea hora de cambiar, de, valga la redundancia, desaparecer.
La confusión es un estado que a ningún ser humano agrada. Nadie se siente cómodo cuando tiene demasiados caminos que tomar y la inseguridad que conlleva el pensar que nos podemos equivocar. Y sin embargo, no es tan importante. La vida es un continuo ir y venir, hoy aqui y mañana quién sabe donde. Llevo varios días queriendo escribir algo sobre el accidente de avión de Barajas de la semana pasada pero, en realidad no sabía qué decir. Creo que en estos casos sobran las palabras. Pero solo de pensar que podría haberle pasado a cualquiera ha sumado un nuevo punto a mi confusión. La vida es demasiado corta, pero nos empeñamos en pensar que no lo es, que tenemos todo el tiempo del mundo. Nuestra vida está mal diseñada para los que quieren aprovechar ese poquito tiempo que se nos ha dado. La sociedad no nos permite disfrutar, estamos programados para estudiar y luego trabajar. Hipotecas, letras, responsabilidades. ¿Qué hay de disfrutar los apenas 50 años hábiles que tenemos?
Sé que me estoy yendo por los Cerros de Úbeda, como dirían algunos, pero también le he dado vueltas a esto. Dejarlo todo. Huir, largarme lo más lejos posible y empezar a vivir como yo quiero, sin ataduras ni compromisos. Pero siempre está el: "no puedes irte ahora, solo te quedan 3 asignaturas para acabar la carrera", o el "No puedes irte, ¿Qué pasa con el piso? ¿Qué pasa con tus padres? ¿Cómo vas a buscarte la vida sola? necesitas encontrar trabajo" y bueno, ¿Qué pasa conmigo? Al final todo se convierte en: Bueno, acaba la carrera, encuentra un trabajo y, cuando estés asentada, ya decidirás lo que hacer.
No quiero que piensen que no me gusta mi vida, está bien. Pero necesito algo más y cada vez la sensación es mayor dentro de mi, me consume, va provocando un vacío cada vez mayor. Y lo peor es que no sé cómo solucionarlo. Ya no sé cómo hacer para sentirme bien. Las pequeñas cosas me alegran la vida pero eso tampoco es suficiente, mi ánimo para mantenerme en pie es cada vez menor y no sé cómo coño salir de este agujero en espiral que me succiona poco a poco. Espero ser lo suficientemente inteligente y fuerte para poder salir sola de este atolladero de preguntas sin respuesta, de sensaciones de vacío y de sentimientos de rechazo.
Puede que lo escrito hasta ahora sea injusto para las personas que me rodean pero.. ¿como evitar sentirse solo rodeado de gente? ¿cómo controlar estos sentimientos? Preguntas sin respuestas que forman parte de mi gran revoltijo de dudas.
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