28/9/08

Cuando la Adicción Controla Tu Vida

El fin de semana pasado me atracaron por primera vez en mi vida. Solo me habían robado una vez y ni siquiera me enteré hasta que no encontré la cartera. Pero esto fue diferente por muchos motivos. Primero, el atracador era un drogadicto. Segundo, tenía un cuchillo. Tercero, me dio muchísimo que pensar.


El hombre se llevó el poco dinero que teníamos sin poder creerse que su atraco no le fuera a dar más frutos que 10 euros. Sin embargo, pensándolo bien, 10 euros para un heroinómano es todo un mundo, por lo menos una noche de evasión.


Tiene que ser horrible vivir así. Después de hablarlo durante un largo rato con las demás personas que estaban conmigo concluimos que vivir así no es vida. Todo el día pensando en el siguiente colocón, en cómo conseguir dinero para conseguir droga. Te despiertas por el “mono”, porque te duele el cuerpo, porque no puedes seguir durmiendo sin un poquito de droga más…


Cuando se iba, “el atracador” incluso se disculpó con nosotros. “Lo siento chavales, estoy muy enfermo” así se despidió. El pobre hombre todavía estaba en ese estadio de la adicción en el que es consciente de lo que ocurre, de que es un marginado social, de que la gente que le rodea le tiene pena, miedo… Que vive por y para la droga.


¿No tiene que ser horrible vivir así? Las drogas tienen ese reverso. Cuando empezamos a fumar porros o a beber alcohol, nadie se plantea la posibilidad de acabar así. No obstante, el hecho es que sí es una posibilidad y que está más cerca de lo que creemos. Todos somos adictos a algo… Muchas personas no pueden salir sin beber porque no se lo pasan bien, no pueden hacer un viaje en bus de 5 horas sin fumarse un porro o no pueden pasar unas horas sin un cigarro.


La mayoría de los heroinómanos tuvieron que empezar por algún sitio.. y no fue inyectándose heroína en vena. Seguramente empezaron con los porros, pasaron por la cocaína y las pastillas y culminaron con la heroína. Supongo que el secreto está en tener las cosas claras y saber cuál es el límite. Saber decir: Hasta Aquí. El problema está en que no solemos reconocer nuestras adicciones. El que fuma tabaco afirma un millón de veces que puede dejarlo cuando quiera, pero que no quiere, por el momento. Con el hachís y la Marihuana supongo que pasa algo parecido.


Espero que ninguna de las personas a las que quiero acabe como el hombre que nos atracó. Espero que todos sepan imponerse unos límites.

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